Las cosas cambian sobre la marcha; es hora de renovarnos con una nueva sección. Uno de los objetivos fundamentales de ya te conté es generar un verdadero debate sobre la narrativa del corte propuesto. Poner sobre la mesa y cuestionar los conceptos y automatismos. Verter al medio un discurso que surja y se alimente de sus propios protagonistas —tantos como quieran participar o sientan que tienen algo para aportar—. En esta línea publicamos la contestación de Ramiro Sanchiz a las respuestas que Leo Maslíah diera a nuestro cuestionario. Habilitado así este espacio, solo queda reiterar la invitación y el pase libre para opinar.
La literatura de Leo Maslíah es un callejón sin salida. En el
mejor de los casos cabría decir que algunos de sus textos hacen reír, pero
Maslíah no se presenta a sí mismo como un humorista. Se presenta, me parece,
como una especie particular de hombre de letras: el que asume —o dice asumir—
que no vale la pena pensar en la literatura, teorizar sobre ella o trazar mapas
o reflexionar sobre los escritores contemporáneos porque la literatura es
básicamente algo inane, un mecanismo fácilmente desmontable y propio de almas
vanidosas. Es posible que Maslíah sea un buen músico, o al menos un buen
intérprete: sabe tocar el piano bastante bien y, me parece, ha compuesto
cánones y cantado canciones ingeniosas; en cuanto a su literatura, insisto, habría
que tener el cerebro lleno de bosta para pensar que allí hay una línea válida.
Si hay un mapa, Maslíah es una isla en medio del Mar de los Sargazos,
virtualmente un desierto en el mar: esto es valioso e interesante, por
supuesto, o en todo caso lo sería si la isla Maslíah no fuese plana (quizá
suavemente ondulada) y no estuviese habitada ante todo por criaturitas apenas
curiosas que bajo cierta luz parecen ingeniosas y cuentan chistes viejos para
quien se acerque a oír. Esos chistes, claro, hacen reír a veces, y vale la pena
leerlos de vez en cuando, pero de ahí no pasamos. Dudo de que exista un solo
escritor posterior a Maslíah —es decir, posterior a la década de 1990— que lo
considere una influencia fundamental, que se piense como un discípulo o como un
enemigo a muerte. Esto no quiere decir, por supuesto, que no haya por ahí quien
lo imite o quiera imitarlo: si algo de buena factura tiene la literatura de
Maslíah, ese algo es visible en el fracaso de quienes lo copian acríticamente y
dicen admirarlo en la noche de la escena literaria montevideana. Pero a la vez
su esencial condición de humo apenas coloreado está a la vista: no cabe
seguirlo, no hay arcoíris, no hay olla llena de oro.
Maslíah recientemente respondió una serie de preguntas
propuestas por ya te conté, plataforma cuyo propósito es pensar la literatura
rioplatense de los años noventa en adelante. Esas respuestas dejan claro su
desinterés en la cuestión (y tiene todo el derecho del mundo); al asumir su
sinceridad (no hay por qué no hacerlo), a la vez, es fácil ver qué figuras se
dibujan detrás de sus palabras. Está la literatura como juego indiferente al
discurso que intenta dar cuenta de sus procedimientos y sus particularidades;
está la creencia en la futilidad de pensar en los contemporáneos, y está la
noción de que no vale la pena arriesgar hipótesis (no vaya a ser que luego uno
se equivoque); debe de haber más, pero por ahora con esto es suficiente. Porque
si ya te conté tiene algo de interesante, de valioso, de fértil, es su intento,
sin miedo a equivocarse, de al menos fomentar que se diga algo de la literatura
reciente, que se lea, que se vinculen, que discutan aquellos a quienes el tema
les mueva así sea un pelo del antebrazo.
Es, de hecho, en ese espíritu que le respondo, de alguna manera,
a Maslíah. Es en esa línea que pienso su lugar en la literatura uruguaya
reciente.
Hace poco un artículo de Gabriel Sosa generó cierta polémica
entre algunos escritores de mi generación (y por «generación» entiendo apenas
aquellos que nacieron después de 1970 y antes de 1985), en gran medida privada,
lamentablemente; se discutía la noción de «padre» y «parricidio»; Pedro Peña,
si mal no recuerdo, señaló que ciertos escritores de los noventa (Escanlar, el
propio Sosa, entre otros) no cumplen para «nosotros» —los que vinimos después,
los que empezamos a publicar en el entorno del 2000— el rol de padres. Sosa
podría haber respondido que los padres no se eligen y que quienes publicaron en
2005 lo hicieron en una escena que incluía a los que empezaron a publicar en
1990 y que, por tanto, el diálogo era inevitable, y arrojó pautas de oposición,
de aceptación, al menos de diálogo. Quiérase o no —podríamos pensar— hay una
continuidad, o se puede pensar en una continuidad.
Mi caso personal es claro: en los años en los que empecé a
formarme como escritor —digamos a partir de 1990— mis lecturas incluían a
Bradbury, Asimov, Tolkien, Arthur
Clarke; poco después incorporé otros escritores, ya no todos de fantasía y
ciencia ficción, entre ellos Borges, Cortázar, Burroughs, Ballard, Dick, y paro
de nombrar porque la lista se me haría interminable. Solo tardíamente —cuando
empecé a publicar de un modo un poco más visible— recuerdo haberme interesado
por Sosa, Escanlar, Mella, Henry, Peveroni, Maslíah y otras digamos «figuras»
de esa década. Tardíamente me interesé en Levrero y en los continuadores de
ciertas áreas de su obra… pero evidentemente ya había pasado el mejor momento
para hablar de «influencias». Eso sí: la educación sentimental impuesta por
Levrero a los escritores que le fueron más cercanos parecía contrastar
violentamente con mis propias ideas, ideas que, en otras claves y con otros
timbres, creí escuchar también desde mis compañeros de generación (y desde
algunos anteriores, los más under, los más invisibles, los escritores de
ciencia ficción, que no vacilaban en decir que Maslíah era un tarado). ¿Se
habilitaba ahí un parricidio?
En rigor, supongo que mi primer parricidio fue allá por 1995,
cuando empecé a pensar que Asimov no era un gran escritor; luego concluí que no
era un «buen» escritor, y ahora pienso que ha escrito algunos cuentos y novelas
interesantes. ¿Levrero? Del mismo modo, escribió libros geniales y repitió
ideas muy tontas. Si hay un parricidio, es casi un epifenómeno; surge como un
subproducto de una reacción química y, evidentemente, también puede ser
arrojado al centro de la arena y puesto a trabajar… más o menos como sucede en
estas líneas. ¿A qué quiero llegar? A que el ejemplo de Maslíah me sirve como
ilustración de cierto parricidio involuntario o quizá incluso inconsciente que,
de alguna manera, es lo más parecido a un núcleo al que se acercan unos cuantos
escritores que tienen más o menos mi edad, algunos para apreciarlo —o para
retornarlo a su fuente onettiana; pienso en Horacio Cavallo, por ejemplo, quizá
el dueño de la mejor prosa de mi generación—, otros para negarlo, pero en
cierto modo lo asuman o no en sus discursos personales, la gran mayoría de los
que publicamos a partir del 2000 tenemos una posición tomada (sea cual sea) con
respecto a hasta dónde vale la pena pensar la literatura, acerca de si la
literatura es, como decía Arlt, ese ejercicio hecho en soledad y por fuera de
los cenáculos, acerca de qué postura tomar cuando nos hacen preguntas desde un
proyecto o evento literario (ver, por ejemplo, las respuestas de Leonardo
Cabrera, Agustín Acevedo Kanopa y Pablo Dobrinin a una encuesta similar a la de
ya te conté, publicada en el blog Buenos
Muchachos, del argentino Juan Manuel Candal).
Quizá todos hemos elegido, sí, a nuestros padres o nuestros
abuelos, a la vez hemos heredado de ciertos tíos a los que creemos (o queremos)
distantes y veces detestables un lugar donde combatir; decir que la literatura
no es una pelea es una manera de tomar partido; decir que Maslíah debió callarse
la boca antes de responder lugares comunes es otra. En mi caso personal, la
opción tomada es clara. Y en ese sentido sí hay una continuidad desde Maslíah:
no en sus textos (en sus esfuerzos literarios), sino en su gesticulación, en
sus poses, que se vuelven visibles y se ubican no ya en una isla sino en una
buena provincia del continente.
Creo que está muy bien lo que desarrollaste, Ramiro. Me quedan dudas sobre lo de Maslíah y las poses. Pero no lo conozco tanto.
ResponderEliminar"En cuanto a su literatura, insisto, habría que tener el cerebro lleno de bosta para pensar que allí hay una línea válida"
ResponderEliminar¿esto no es insultante? ¿decir que sus lectores tienen bosta en la cabeza no es un insulto?
Concuerdo. Con "habría que tener el cerebro lleno de bosta para pensar que allí hay una línea válida" se le fue la mano.
ResponderEliminarSlds.
Rocío Robaina
Es cierto que se vuelve necesaria una aclaración y, por tanto, hay una falla evidente en el texto. Paso a anotarlo: cuando hablo de "línea válida" sigo el sentido que viene siendo usado en el artículo: línea como conexión entre escritores, temas o procedimientos a explorar, etc. No me refiero a una "línea" como sinónimo de "renglón" de un libro. De hecho, el artículo comienza enunciando esa idea: "La literatura de Leo Maslíah es un callejón sin salida", y luego se observa que "Dudo de que exista un solo escritor posterior a Maslíah —es decir, posterior a la década de 1990— que lo considere una influencia fundamental, que se piense como un discípulo o como un enemigo a muerte". Hecha la aclaración, creo que a duras penas se trataría de un insulto a Maslíah: sería, en todo caso, una observación negativa sobre su obra (no su persona) que prescinde de eufemismos.
EliminarPensar antes de escribir no está nada mal.
ResponderEliminares cierto, podrías intentarlo, Ignacio. Te hubiese venido bárbaro con esa alucinada reseña que escribiste sobre "El infinito es sólo una forma de hablar".
EliminarMe parece revelador que un individuo con actitudes como las tuyas tenga tanto espacio.
EliminarTengo una pregunta: ¿En qué momento vas a empezar a insultar de nuevo?
seré curioso, ¿a qué actitudes te referís? ¿a contestar cuando me critican con mala leche, como siempre has hecho vos? igual vos sabés que me divertís mucho con estas cosas; podés seguir haciéndolas tranquilo. ¿Esto califica de "insulto"?
Eliminardisculpen, es que la muerte me tiene distraído
ResponderEliminarhttp://vilipendioysedicion.blogspot.com/2013/03/masliah-sanchiz-barrubia-y-la-mierda-en_2045.html
Comentario eliminado.
ResponderEliminarAgradecemos reformular sin incluir ataques personales.
Política a partir de abril 2013.
Comentarios eliminados. Agradecemos reformular sin incluir ataques personales. Política a partir de abril 2013
ResponderEliminarPor si queda alguna duda de la integración del Equipo Organizador:
Eliminarhttp://www.yateconte.com/2012/09/equipo.html#Doc
y de los colaboradores y apoyos:
http://www.yateconte.com/2012/12/apoyos.html#Doc
ResponderEliminarfegi, por que no reformulan a ramiro sanchiz?
Qué hipócritas, ahora resulta que esto no es un "ataque personal": "en cuanto a su literatura, insisto, habría que tener el cerebro lleno de bosta para pensar que allí hay una línea válida". Yo como lector de Maslíah, entonces, debería tener el cerebro lleno de bosta y, obviamente, el propio Maslíah también. Media pila che, si permiten a Sanchiz escupir gratuitamente a los demás, entonces banquen que los comentarios sean lo que él mismo genera. Si realmente quieren producir discusiones, debates, polémicas, lo primero que tienen que aprender es a no censurar. Por otro lado, no creo que sea divertido ni para el propio Sanchiz que le corten el jueguito de ver cuántos calentones se la queremos dar.
ResponderEliminarEvo, ¿cómo estás? Te cuento que la nueva política fue a partir del 1° de abril de 2013 lo que quiere decir que sólo a partir de esa fecha todos los comentarios que se consideren ofensivos hacia alguna o más personas serán removidos. Los comentarios previos a esa fecha hemos decidido dejarlos porque ya había respuestas, idas y vueltas y nos pareció mejor dar el aviso y no tomar una política retroactiva.
EliminarEsta nueva política se aplica sin importar quien sea el que postee, pero es naturalmente más estricto en el caso de los anónimos. Con respecto a lo que citás de Sanchiz, él ya ha respondido a una crítica formulada sobre esa frase. Admite que, con respecto al artículo original, había necesidad de explicar. Creo que se podría dar por terminada esa cuestión, pero si insitís podés argumentarle en términos civilizados o contestarle en otros medios. Reiteramos, este espacio será moderado acuerdo a nuestros objetivos de difusión y promoción de nuevas narrativas, de investigación y discusión en términos argumentativos. Lamentamos que en tanto lector de Maslíah te hayas sentido ofendido, es cierto que ese término utilizado en el artículo no es el más acertado. Nosotros también aprendemos sobre la marcha.
Por último, estamos a afín del debate en cuanto habilite la discusión basada en argumentos u opiniones que aporten al conocimiento de un tema, no en ataques personales u otras ofensivas que resulten gratuitas e innecesarias. Los post removidos no cumplían con esta nueva política ya que no había asomo de algún argumento. La editorial entonces ha tomado estas decisión porque creemos que desalienta a personas que podrían estar interesadas en otro tipo de diálogo, uno más productivo e inclusivo.
Quizá esta nueva política no sea de tu agrado, pero es una decisión tomada y si tu intención es seguir en esa tesitura, deberás hacerlo en otro lado.
Esperamos que esta respuesta sea clara.
Cordialmente,
Equipo de Ya Te Conté
He leído una "novela" de Ramiro Sanchíz y me pareció lo más regular del mundo, mucho blah blah, mucha meta-textualidad pseudo-cool, y nada de contenido.
ResponderEliminarLas reseñas de la Diaria de este "personaje" me resultan lo más descartable de la sección Cultura.
En fin, otro fantasma al nismo nivel que el terraja de Miss Tacuarembó, solo que más cool para cierto grupejo de escritores embobados con cualquier bazofia que escribe este personaje.
A ver si arranca para las 8 horas, como varias escritores de esta mentada generación.
Ah, Masliah es un viejo reaccionario.
Como puede decir "sabe tocar el piano bastante bien" ?
ResponderEliminarHay que tener rostro!!!
Sin duda no tiene vergüenza este tal Sanchiz.
Lo reconocí en una fotito que tiene ahí posando , curtiendo con la guitarrita en La Diaria.Yo estaba ahí ese día y posta que no tiene vergüenza!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY... Maslíah no es precisamente Keith Jarrett, o Brad Mehldau, o Rick Wakeman...
ResponderEliminarPor suerte es precisamente Masliah y no otro.
ResponderEliminarDe verdad te sentís con el derecho de decir "sabe tocar el piano bastante bien"?
Esta bien, te sabes un par de nombres, pero con ese comentario se nota que no tenes ni idea sobre el tema.
Mehldau o Jarret no harían un comentario tan despectivo sobre Leo, creo que apreciarían su música.
Escuchaste todo lo que hizo?Mira que es un músico sarpado en serio.
Me parece que ahí le erraste feo!
disculpá, anónimo, pero chistes malos aparte no me interesa hablar sobre Maslíah como músico; vos decís que es genial y te creo, no es lo que me interesa en este momento. hablé de su literatura, en todo caso, por lo que mi "rostro" -que lo tengo, no te quepa duda-, por haber tocado los 4 acordes que sé, esa noche en La Diaria, cuando vos me viste, no creo que esté en juego. saludos!
ResponderEliminar-Chiste malo?
ResponderEliminar-Hablaste de masliah como músico.
-Lo que hablaste de literatura fue terrible tmb. hasta mas bochornoso.
-Y que rostro...
-Si, sabes 4 acordes¿pero sabes meterle onda no?
No te diste cuenta todavía lo mal que estuviste escribiendo esto?
Te toco la generación y te quemaste pero: ahora mas en frío?
Paso tiempo ya, no te dio pa pensar un poco?
Bosta en la cabeza si
Recordatorio antes que continúe la discusión: agradecemos que las discusiones se mantengan en tema y de forma respetuosa, incluyendo argumentos para que otros también puedan participar. De lo contrario los comentarios serán removidos.
ResponderEliminarMuchas gracias
Anónimo, lo que hablé de literatura es lo que creo sobre este tema en particular: que la obra de Maslíah no tiene una presencia relevante en el trabajo de los escritores más recientes (menores de 40 años digamos); si no estás de acuerdo, argumentá. De Maslíah como músico dije que "toca bastante bien el piano", y es verdad, toca bastante bien el piano. Y si para vos estuve mal, bueno, es muy fácil: diferimos y listo. A lo mejor sos una especie de admirador de Maslíah; qué alegría que exista gente así. Señalás que pasó tiempo; es cierto, y tras dedicar un poco de tiempo a leer más trabajos de Maslíah, más me convenzo de que su literatura es humo. Aparte, en cuanto a "quemarme" porque alguien "toque" a mi "generación"... si te fijás en mi blog y en algún artículo por ahí vas a ver que eso me tendría sin cuidado. Y, por último, te quedo inconclusa la última oración... bosta en la cabeza si ¿qué?
ResponderEliminarPaso tiempo como para que te des cuenta que no da para decir que los lectores de Masliah tienen bosta en la cabeza, no hace falta argumentar nada, ese comentario es terrible lo diga quien lo diga y como lo diga.
ResponderEliminarLo de "toca bastante bien el piano" es un disparate, cualquier persona con dos dedos de frente(aunque Masliah le halla herido el orgullo)te dice que es terrible músico.Si te tiene sin cuidado que te toquen la generación: ¿Que te molesto tanto como para que escribieras tanto disparate absurdo?
La ultima oración esta terminada si, era solo para recordarte otra de las frases sin sentido que escribiste.
No, anónimo, para estar terminada debería llevar tilde la "i" de "si"; si no lo ponés es condicional, ¿no? "Si tal cosa, tal otra".
ResponderEliminarPor otro lado: creo que no aclaré bien -o no fue suficiente- lo de la "bosta". Va de nuevo: cuando digo que hay que tener bosta en la cabeza para pensar que la obra de Maslíah implique una línea válida me refiero a LINEA EN EL SENTIDO DE CONEXIÓN ENTRE ESCRITORES, tradición, temas explorados, estéticas afines, epígonos, etc. Nunca dije "los lectores de Maslíah tienen bosta en la cabeza", aunque quizá los fans acérrimos y acríticos sí la tengan ("sí" con tilde) Ahora, ¿vos pensás que Maslíah me hirió el orgullo? ¿Cuál? ¿El de escritor? ¿El de músico? El último te aseguro que no existe: no me considero tal cosa, apenas toco 4 acordes en mi guitarrita, nada más.
Por otro lado: en ningún momento escribí disparates absurdos; disparates, quizá, pero si querés probarme que lo son, argumentá en relación a lo dicho... pero para eso tenés que leer bien, no pensar que con lo de "línea" estaba diciendo que quien leyera a Maslíah tenía "bosta en la cabeza"... sobre todo después de que yo lo aclaré y me hice cargo de la escritura ambigua original. Para contestar un artículo hay que leerlo bien, enterito, y pensar un poco.
Ahora... revirtiendo un poco la cosa después de esta respuesta que te di... me preguntás qué me molestó tanto en lo dicho por Maslíah para escribir esta nota. La respuesta es: me molestó, sí, la manera en que, en mi opinión, destrató a la gente de Ya Te Conté. Pero eso no afecta lo que pienso de su obra: ya lo pensaba mucho antes de que Ya Te Conté existiera o lo entrevistara al señor Maslíah. Y yo te pregunto, entonces, qué tanto te molestó mi nota para salir a atacarme a título personal sin argumentar una sola línea de lo escrito. ¿Te molesta en general lo que hago? ¿Te molesta que critiquen a tu héroe Maslíah, "terrible músico" como decís vos?
Me molesta la gente pedante.
ResponderEliminarpienso todo lo contrario!
EliminarMe aburri de esto Ramiro.El primer comentario no lo hice esperando discutir con vos.
ResponderEliminarObviamente estas re seguro de todo lo que escribiste y tenes todos los argumentos para decir que estuviste bien.Pense que podria haber sido un momento de calentura del que te podias arrepentir pero ya veo que no. Poca es la gente que puede decir "estuve mal" y vos claramente no sos una de ellas.La verdad me entere de vos por esto, no tengo ni idea de quien sos ni de lo que haces y no me interesa tampoco.Me llamo la atención que un tipo cualquiera bardeara a Leo Masliah y quedara por esa nomas.Te debes sentir bien importante no? Suerte bo!y hasta nunca!
corrigiendo los tildes que grande!!!jajajajaja
Bueno, en cuanto a lo de "estuve mal", lo he dicho muchas veces. La gente que sí me conoce te lo puede confirmar. Cuando lo siento, lo digo. Pero en este caso no es así. Y dificilmente podés esperar que los demás se arrepientan de las cosas de las que vos pensás que se deben arrepentir, ¿no? Medio pretencioso de tu parte sería pensar lo contrario, y por el perfil de tus comentarios me imagino que sos un tipo o una tipa re humilde, sin pretensiones, buena gente, etc. Ahora, en cuanto a lo de "tipo cualquiera bardeara a Leo Maslíah y quedara por esa nomás", te pregunto, ¿qué tendría que haber pasado? ¿Actuado una suerte de "justicia" que evite que la gente con, digamos, menos de 8 años de carrera critique a los que tengan, no sé, 20, 30? Pero ya que la querés terminar acá te mando un saludo y te deseo mejor suerte para la próxima. Chau!!!
ResponderEliminarDudo de que exista un solo escritor posterior a Maslíah —es decir, posterior a la década de 1990— que lo considere una influencia fundamental, que se piense como un discípulo o como un enemigo a muerte.
ResponderEliminarPor lo menos uno, Ignacio Alcuri.
Interesante. Me gustaría preguntarle a Nacho exactamente en qué términos plantea su filiación con Maslíah, o si se trata apenas de que disfruta su literatura. A la vez, sería interesante pensar en los códigos que maneja Alcuri y su proximidad a los que manejan otros escritores. En cualquier caso, incluso si Nacho no fuera el único, estaríamos hablando de una notoria minoria. Pero entiendo que su vínculo a Maslíah -que estaría bueno indagar- socava lo rotundo de mi afirmación. Salvo, claro, que Alcuri no piense en términos de "influencia fundamental" o de "discípulo". Gracias por la objeción, que da para seguir pensando.
EliminarNo comparto el modo en que se da la discusión. A Ramiro lo respeto porque es un tipo que produce cosas de calidad. Específicamente, me parece muy bueno lo que hace a nivel de crítica. Es más, dentro de un círculo de escritores medianamente reconocidos (o fuera de los punk anónimos que atomizan la interntet) es un tipo que se la juega y opina. Luego, no comparto que la discusión con Maslíah (y con parte de los tipos que comentan) sea en términos de falacia ad hominem. El lenguaje no me molesta en general, creo que es necesario de una vez que nos acostumbremos a un uso amplio del lenguaje. Ahora, la crítica a Maslíah me parece exagerada y parte de la calentura del debate. Y eso no es bueno. Porque diga lo que diga Maslíah sigue siendo un buen escritor, y en general un gran artista. O sea, entiendo que puede ser retóticamente necesario ser duro con él para bajarlo del pedestal, pero bueno. Yo soy de otra generación (cuál! jaja) y (tal vez ingenuamente, vaya uno a saber) lo considero una influencia fuerte. Por lo demás, me parece muy bueno que se den estas instancias de debate y aunque la estupidez de algunos comentaristas sea lamentable, me parece predecible y aún así compro el paquete. Porque estoy podrido de que en Uruguay no se discuta nada.
ResponderEliminarSaludos
Hoski
No comparto el modo en que se da la discusión. A Ramiro lo respeto porque es un tipo que produce cosas de calidad. Específicamente, me parece muy bueno lo que hace a nivel de crítica. Es más, dentro de un círculo de escritores medianamente reconocidos (o fuera de los punk anónimos que atomizan la interntet) es un tipo que se la juega y opina. Luego, no comparto que la discusión con Maslíah (y con parte de los tipos que comentan) sea en términos de falacia ad hominem. El lenguaje no me molesta en general, creo que es necesario de una vez que nos acostumbremos a un uso amplio del lenguaje. Ahora, la crítica a Maslíah me parece exagerada y parte de la calentura del debate. Y eso no es bueno. Porque diga lo que diga Maslíah sigue siendo un buen escritor, y en general un gran artista. O sea, entiendo que puede ser retóticamente necesario ser duro con él para bajarlo del pedestal, pero bueno. Yo soy de otra generación (cuál! jaja) y (tal vez ingenuamente, vaya uno a saber) lo considero una influencia fuerte. Por lo demás, me parece muy bueno que se den estas instancias de debate y aunque la estupidez de algunos comentaristas sea lamentable, me parece predecible y aún así compro el paquete. Porque estoy podrido de que en Uruguay no se discuta nada.
ResponderEliminarSaludos
Hoski
querido Hoski, gracias por pasar y por tus palabras. Me interesa mucho tu aporte, además, porque me permite seguir pensando en la "cuestión Maslíah". No conozco extensivamente tu obra -apenas algunos textos dispersos-, pero lo que sí he leído me resulta poco encuadrable dentro de las coordenadas más visibles de Maslíah. Veo que a vos te interesa su literatura, te gusta lo que hace; más allá de eso, yo apuntaba a una línea de conexión que fuera más allá de la afinidad personal y de alguna manera acercara obras y proyectos. Lo que entiendo del proyecto de Maslíah difiere de lo que entiendo de tu propio proyecto; del mismo modo, las coincidencias entre Alcuri y Maslíah, en mi opinión, tampoco son tan acusadas como para hablar de filiación o continuidad, más allá de la evidente -que yo había pasado por alto- afinidad entre los dos escritores (Maslíah prologó a Alcuri, por ejemplo). En cualquier caso, lo que constatamos aquí es que el problema es bastante más complejo que lo que sugiere mi primer abordaje, y eso implica, evidentemente, que hay que seguir refinando la cuestión. También está claro que Maslíah -en tanto proliferan tanto sus defensores- está de varias maneras presente en lo que podríamos llamar el campo contemporáneo de la literatura uruguaya; esa presencia y ese diálogo con los que vinieron después que él es, por supuesto, lo que da para seguir indagando. Un abrazo!
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